CAPITULO 8:

Alguien estaba intentado abrir la puerta de casa. Eran las 21.00h. Lucas estaba sentado en el sofá  pensando en lo que le acababa de pasar. ¿Por que se apartó? Ana debería estar destrozada. Le acababa de romper el corazón, y todo por un pequeño mal entendido. Lo tenia decidido, mañana hablaría con ella y lo aclararían todo, no soportaba la idea de vivir sin ella, y ahora que sabia que los dos se querían.

- ¡Hola!- Claudia entró en casa muy contenta y entusiasmada. Al ver que su hermano estaba sentado en el sofá, sin hacer nada, le cambió el ánimo en solo cuestión de segundos.

- ¿Que te pasa Lucas?- Claudia estaba preocupada por su hermano.

Hubo un largo silencio, que Lucas no consiguió romper. Su hermana se acercó y se sentó en el sofá y abrazó a Lucas.

- ¿Ha pasado algo con Ana?-

- No, no, tranquila, todo está bien. Solo es que estaba un poco cansado y me he tumbado un rato en el sofá para poder descansar.- Lucas odiaba mentir, y más si se trataba de su hermana, pero no hacía falta que ella se enterase de lo que había pasado. Pronto lo arreglaría todo.

- ¿Seguro? Bueno, pues mejor. Puedes contarme lo que sea eh Lucas.- Claudia no terminaba de creerse las palabras de su hermano.

- Que sí pesada. Venga, ahora a cenar.- Lucas le dio un beso en la frente a su hermana y se levantó para ir a preparar la cena.

Claudia, también se levantó y se fue a su habitación. Se puso el pijama, se recogió el pelo con un moño y miró el calendario. Tachó el día 15 de septiembre. Ya estaba, el primer día de curso ya casi había terminado. Le habían pasado mil cosas, pero en aquel instante se sentía la persona más feliz del mundo. Tenia un novio increíble, unos amigos fantásticos y aún le quedaban dos semanas para poder disfrutar de la libertad. El día 30 de ese mismo mes, llegaban sus padres de viaje. Aún no sabia como les contaría lo de Marcos, pero le consolaba saber que tenia dos largas semanas para ir pensándolo.

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En otra parte de la ciudad, en esa misma hora...

-Que boba he sido.- Ana no paraba de lamentarse por lo que acababa de pasar. Estaba muy triste, porque ella amaba a Lucas, pero se acababa de dar cuenta que su amor no era correspondido. 

Llevaba ya una hora encerrada en su habitación. Vivía sola en un piso, pero tenia la necesidad de refugiarse en su habitación. Lloraba y lloraba sin parar. Pensaba en el porque de todo. Un gran sentimiento de vergüenza le invadía cada vez que pensaba en el día que se encontrase con Lucas. No tenia hambre. Solo tenia fuerzas para estar tumbada en su cama y llorar.

Ana cogió el móvil, y busco sus mensajes. Leía una y otra vez los mensajes de aquella mañana con Lucas. La cita había estado perfecta. Toda la tarde con Lucas, a su lado. Pero ella lo había estropeado todo, y sentía que nunca mas volverían a estar como aquella tarde.

-¿Por que el amor es tan complicado?- Esta era una de las preguntas que llevaba sonando en su cabeza durante toda la noche.

Las 2.00 h. Ana se despertó de golpe. Se había quedado dormida, encima de su cama. Aún iba vestida de calle y el maquillaje había manchado ligeramente las sábanas. Le dolían los ojos, seguramente de tanto llorar.  Se levantó y se dirigió al baño para lavarse la cara. El agua estaba helada, pero parecía que eso le aliviaba un poco el dolor que aun tenia en el pecho. 

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El viento le movía ligeramente los cabellos hacia atrás. Parecía que el atasco de aquella mañana ya había desaparecido. Marcos llego a su piso. Cerro la puerta con llave y se sentó un momento en el sofá. Era feliz. No sabia si creía en el destino, pero lo que le había pasado aquel día no podía ser una casualidad.

Claudia era perfecta. Era unos años mas pequeña que el, pero parecía que a el eso no le importaba para nada. Estaba preocupado por ella. ¿Que dirían sus padres de su relación con él? Estaba convencido que no se lo tomarían muy bien. Mañana la pasaría a buscar y la llevaría al instituto en su moto. Quería aprovechar cada segundo a su lado. Aquella chica era especial, lo había notado en el primer segundo en el que había chocado con ella.